jueves, 8 de abril de 2010

El jardín de mama...


Te sentaste a mirar el atardecer, y te caía el sol encina y miraste una luna cualquiera, creyendo que era estrellay te ahogaban las ganas de vivir, y te convertiste en cuerpo
y en ese cuerpo fuiste una tarde de primavera, alguien.
Y tomaste un trago de amarga cerveza, y te caía bien
y viste un sol, y sentías su calor, mientras ese, tu cuerpo -volaba-
las nubes no existían ya, y esa tarde iba cayendo, subiendo en noche.
Noche, que espectadora es de tu delirio, de eso que ocultas -frío-

de eso que negras -siempre-
Noche, que salís a Recorrer la nada y sos todo,
que ves poco, sentís mucho, y no entendés nada.
y tu cuerpo se dibuja como sombra sobre las sábanas, y lo grotesco es ahí -erótico-
y lo que nunca harías, lo haces.
y lo fuerte del día, de noche es tenue, de noche llega a ser.
Inspirado por olores, guiado por tu tacto, llegas a ser. Llegas a hacer
pero que te gusta hacer -saben tus manos- y que te gusta ser -sabe tu alma-
y te preguntas una y mil veces: si tus manos tendrán alma.

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